La neurología veterinaria ha demostrado que todos los mamíferos posen estructuras cerebrales similares a las nuestras. Esto quiere decir que sienten y expresan emociones complejas al igual que los humanos. Por ello no debe extrañarte si alguna vez has notado a tu perro triste. Lo que sí debes saber es que existen muchas causas que pueden producir esa tristeza. Es muy importante no ignorar este comportamiento, ya que una tristeza aguda puede provocar depresión, lo que puede agravarse en algunas ocasiones. A continuación, vamos a ver en detalle cuáles son las causas que pueden causar esta tristeza y cómo puedes ayudar a tu mascota. Recuerda que si te interesa este ámbito de estudio, puedes especializarte con nuestros cursos de animales.
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¿Por qué puede estar un perro triste?
Tal y como comentábamos anteriormente, al igual que nosotros los humanos, los perros también pueden sufrir tristeza o depresión. El problema es que la comunicación es diferente, por lo que es más difícil averiguar el motivo o la causa de dicha tristeza. Esta tristeza no solo puede estar causada por problemas emocionales o psicológicos. Otras causas como las enfermedades víricas, las infecciones parasitarias o cualquier otro tipo de enfermedad que cause dolor pueden provocar que tu perro esté más triste de lo normal. Por ello, es imprescindible hacer visitas regulares al veterinario.
Afortunadamente, múltiples estudios han contribuido a la creación de patrones de conducta que nos ayudan a identificar cuáles pueden ser las causas de la tristeza de nuestra mascota. Las causas más comunes suelen ser:
Cambios rutinarios o castigos
Si el perro ha sido separado de su familia puede invadirle la tristeza hasta que se acostumbre a su nueva vida. Al igual que hay cambios que nos afectan a los humanos, las mascotas pueden sufrirlos de la misma manera. Un cambio de vivienda, un fallecimiento dentro de la familia o la llegada de un nuevo miembro pueden provocar esa tristeza o inseguridad. A su vez, diversos estudios señalan que el uso de castigos puede causar la aparición de problemas de conducta como el miedo, la agresividad o la tristeza profunda.
Experiencias negativas o traumas
Cualquier experiencia estresante o negativa puede afectar a tu mascota. Dichas situaciones pueden terminar provocándole tristeza o incluso depresión. Por ello, vigila cuando salga a pasear, evita las peleas con otros perros y visita al veterinario si es necesario.
Soledad y falta de estimulación
Al igual que los humanos, los perros son criaturas sociales. Esto significa que necesitan atención, cariño y compañía. La falta de afecto y estimulación física o mental también son causas comunes de que los perros estén tristes.
Cansancio
Es normal que después de una actividad o estimulación física fuerte tu mascota se encuentre exhausta y lo único que necesite es descansar. Si por un casual notas que la tristeza o apatía persiste, puede que sea otra la causa por lo que deberás acudir al veterinario lo antes posible.
¿Qué debo hacer si mi perro está triste?
Lo primero que debes hacer antes cualquier cambio anímico en tu perro es acudir al veterinario. Un especialista es el único que podrá decirte con seguridad a qué se debe o si realmente son síntomas de tristeza o no. Con las pruebas clínicas pertinentes, podrá llegar a un diagnóstico certero y objetivo.
Por otro lado, si el veterinario no descubre causas visibles, lo recomendable es consultar un etólogo. Este profesional estudiará el carácter conductual de tu mascota. De esta manera determinará un tratamiento basado en la modificación de su conducta, ayudándote a corregir cualquier error que hayas podido cometer en vuestra rutina de convivencia.
También, es importante tener en cuenta que para mantener el equilibrio en el estado físico y mental de tu mascota puedes hacerlo a través de:
- Una buena alimentación y actividad física que se adapte a sus necesidades. La alimentación es uno de los pilares para mantener la salud de tu perro. Por lo que una buena alimentación acompañada de paseos diarios frecuentes le ayudará a mantenerse activo y en forma, tanto física como mentalmente.
- Rutinas estables. Si mantienes una cierta constancia en sus rutinas diarias le ayudarás a mantenerse estable. Recuerda que antes de hacer un cambio drástico en vuestra vida o convivencia, es importante que realices un proceso de adaptación progresiva para que no le pille de imprevisto. Esto evitará que su estado físico y mental se vea perjudicado.
- Higiene y cuidados. Recuerda que las rutinas de higiene son necesarias para prevenir y mantener una buena salud.
- Refuerzo de vuestros vínculos. Pasa tiempo con tu perro e interacciona con él para fortalecer vuestro vínculo. Esto le ayudará a sentirse seguro y confiado contigo, lo que le ayudará a mantenerse alegre y sano.