El Renacimiento surgió en Italia como movimiento cultural que buscaba los valores e ideales de la cultura clásica. La pintura del Renacimiento celebraba la naturaleza y la vida, desarrollándose así los ideales del movimiento humanista. Te contamos las características técnicas e históricas para entender este movimiento artístico-cultural. Si te gusta la historia del arte y quieres dirigir tu carrera profesional hasta este ámbito, no dudes en echar un vistazo a nuestro curso Perito Tasador de Obras de Arte.
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¿Qué fue el Renacimiento?
El nombre de Renacimiento viene por el hecho de que se buscaba el renacer de los valores de la cultura clásica. Estos valores se caracterizaban por una visión antropocéntrica del mundo, poniendo al hombre como medida de todas las cosas. Por esta razón, paralelamente al surgir del Renacimiento, aparece el humanismo, un movimiento cultural y filosófico que apartaba a Dios y establecía al hombre como figura importante. Este busca formar al hombre completo mediante el estudio de la música, el arte y la ciencia.
La pintura del Renacimiento
Uno de los pilares fundamentales de la pintura del Renacimiento es la búsqueda de la perfección en la perspectiva y la proporción. La correcta representación del espacio, dándole a las obras profundidad y la tercera dimensión, será lo más buscado por los artistas. Para lograr conseguir estos efectos se establecen unas leyes y normas para representarlos del mejor modo. Un ejemplo de ello es el claroscuro o el sfumato.
Se empezaron a utilizar esquemas geométricos como la pirámide para organizar la composición espacial de la imagen. Es importante en la pintura del Renacimiento que la obra esté organizada, con un espacio definido y tridimensional.
Características de la pintura del Renacimiento
Los artistas se inspiraban en las obras clásicas escultóricas para crear sus personajes. La anatomía física era un punto muy importante, dando al cuerpo humano un carácter naturalista. Además, reapareció el cuerpo desnudo. Para crear cuerpos perfectos se estudiaba anatomía y se le daba mucha importancia a la proporción y a las relaciones anatómicas. Se representaba la belleza física es su máximo esplendor.
En las obras se utilizan pasajes de la mitología griega y romana para representar escenas y paisajes. Aunque la temática religiosa no se olvida, esto también se ve reflejado en representaciones de vírgenes y santos.
El afán por la observación de la realidad se tradujo en encontrar técnicas y herramientas para plasmarla lo más fiel posible, ejemplo de ello son las veladuras y el sfumato. El objetivo era crear una obra fiel a cómo se estructuraba la realidad que perciben nuestros ojos. Por esta razón, la perspectiva y la composición visual adquieren una importancia en mayúsculas. Se utiliza el punto de fuga para dotar a la obra de profundidad, utilizando la perspectiva lineal o matemática.
En la pintura del Renacimiento se utilizan los colores como herramienta de creación de profundidad y perspectiva. Por ejemplo, se utiliza el sfumato para crear unos contornos imprecisos, dando un efecto de lejanía. No vemos los objetos de una composición del mismo modo, depende de a qué distancia se encuentren del objeto que mira, es decir, el espectador.